Animal mítico asociado a la muerte presente en las paredes
Misterio de las arañas
siamesas de la Huaca
Cuando vayas no olvides visitar el tercer escalón de la plataforma I.
Por William Prado Morales
Durante los 19 años de investigación en la Huaca de la Luna (Trujillo, Perú), los arqueólogos y restauradores han puesto al descubierto muros donde los Moches dejaron una serie de íconos. En ellos podemos encontramos diversos mensajes que nos dan una idea de cómo los moches veían e interpretaban el mundo.
En el libro Moche, pasado y presente los autores de la parte arqueológica: Santiago Uceda, Henry Galloso y Ricardo Tello tratan ampliamente sobre un animal mítico: la araña, junto al felino y a la lechuza, en la mentalidad moche estuvieron asociados a los sacrificios por la forma cómo actúan con sus presas.
El codirector del Proyecto Huaca de la Luna, Santiago Uceda nos cuenta que en el tercer escalón de plataforma I de la Huaca de la Luna está dedicado a la araña. Tiene longitud de 74,30 m y una altura de 2,98 m, y está decorado en toda su extensión por treinta y dos arañas siamesas, enmarcadas en igual número de paneles en alto relieve pintados de color amarillo.
De acuerdo con el informe técnico del mencionado proyecto, Uceda precisa que cada panel tiene unos 186 centímetros (cm) por lado y están separados por una banda vertical de 27 cm de ancho. La cenefa tiene 25 cm y el zócalo 30 cm. Al interior del panel se hicieron las arañas en alto relieve, siempre con el uso del barro.
En el lugar se observa que en cada panel hay dos arañas que comparten un mismo opistosoma o abdomen, pero cada una tiene su propio cefalotórax o “cabeza” y sus propias patas, siempre con algunas variantes. Veamos esto de manera más detallada.
Santiago Uceda, también asegura que la cefalotórax o “cabeza” de la araña de la derecha, en cada panel, parece estar representado en forma vertical, de arriba abajo, y en un estilo más o menos naturalista. Sin embargo, existen variantes tanto en la forma de representar los apéndices bucales (quelíceros y pedipalpos) como en el número de ojos.
En el libro también se lee que a la izquierda del abdomen, desde la perspectiva del observador, el cefalotorax, o “cabeza” está representado de perfil. “Si comparamos cada panel, las representaciones son muy disímiles entre ellas. La forma, orientación y tamaño de los apéndices bucales es muy variada, al igual que el motivo facial que encierran; así, en algunos casos parecen tratarse de cabezas perfiladas de animales, en otras de personajes míticos”.
En el documento también se asegura que el abdomen parece compartir un patrón conformado por un patrón de triángulos continuos en la parte central, flanqueado arriba y abajo por un par de olas, variando el estilo y la forma de representación. Por ejemplo, en algunos casos los triángulos del centro del abdomen están modelados en alto relieve formando una línea continua; en otros, los triángulos están formados por incisiones dentro de una banda, también incisa. De la misma manera, las olas en algunos casos están incisas, en otros están modeladas en alto relieve.
Los autores opinan que la repetición del patrón, a pesar de sus variantes estilísticas, parecería indicar que se trata en casi todos los casos, salvo en uno, de la misma especie de araña, probablemente la Argiope argentata, tal como sugiere el investigador Ignacio Alva. Esta especie, de naturaleza solitaria y depredadora, pertenece al género Argiope de la familia Araneidae, un grupo de arañas tejedoras coloridas y de gran tamaño, cuyo dimorfismo sexual es muy marcado, pues las hembras llegan a tener tres veces el tamaño del macho.
Características peculiares
Santiago Uceda explica que volviendo al escalón, cada araña tiene cuatro pares de patas en la mayoría de los casos, pero comparten el cuarto par, el cual se localiza justo en el centro del eje vertical del panel. En casi todos los casos, la araña de la izquierda sostiene en su tercera pata, humanizada, un cuchillo ceremonial o tumi.
En el informe técnico de los descubrimientos de la Huaca, se revela la mayoría de los paneles, la parte superior está muy destruida, pero en aquellos que mejor se conserva esta zona se puede observar que en la tercera o cuarta pata, la araña sostiene una cabeza o una extremidad humana decapitada. Algunas arañas del lado derecho del panel, tienen el primer par de patas a manera de brazos humanos, y en un par de casos se observa que porta un cuchillo.
Lo que se aprecia es que en términos generales, las arañas fueron elaboradas en dos puntos visuales diferentes, a partir del abdomen como punto central y la cuarta pata como elemento separador y compartido, se explica.
¿Por qué arañas?
Uceda asegura que el icono de la araña dual es de larga data, y no sólo lo encontramos en la zona andina sino también en el resto del continente americano. Su presencia en la zona andina está bien documentada tal como lo han demostrados investigaciones de Salazar-Burguer y Burger (1982) y Cordi-Collins (1992). Las representaciones más antiguas conocidas corresponden a la cultura Cupisnique (1500-1000 a.C.), un antecedente de la cultura Moche.
“Las representaciones de arañas decapitadoras cupisniques, se diferencian de las no decapitadoras, en que las primeras, además de poseer sus atributos obvios (cuchillo y/o cabeza decapitada) tienen la cabeza izquierda representada de perfil y con rasgos humanos. Claramente se trata de la cabeza de un personaje antropomorfo divino. El lado humano, el izquierdo, está representado de perfil, mientras el derecho está representado verticalmente”, precisa el estudio.
Las arañas del tercer escalón del frontis norte de La Huaca de La Luna son claramente arañas decapitadoras, y guardan muchos de los atributos de sus predecesoras cupisniques; pero también aportan nuevos elementos o variantes, se dice en el informe.
“Dejando de lado la clara diferencia del estilo, la primera gran diferencia que observamos es que mientras que la araña decapitadora cupisnique es técnicamente una araña de dos cabezas, la araña moche del Templo Viejo es en realidad, técnicamente hablando, dos arañas siamesas que comparten el mismo abdomen. Sin embargo, cada una conserva su juego de cuatro pares de patas y su cefalotórax”, explica Ricardo Morales.
Por su parte, Santiago Uceda explica que la otra variante es que el lado izquierdo de las arañas siamesas, o sea, la araña izquierda, no sólo representa rostros de un ser mítico antropomorfo, sino también rostros con características zoomorfas o de un demonio mítico muchas veces representado en el arte moche, y que está también representado en el edificio D del mismo Templo Viejo de la huaca de la Luna.
Finalmente, se menciona que dentro o en los marcos de algunos paneles se observa una marca en forma de “D” al revés. Esta marca se observa también en diferentes zonas de otros escalones de la fachada norte. Incluso esta marca se ha registrado en el Templo Nuevo (Moisés Tufinio, comunicación personal), lo que estaría descartando que fuera una marca personal de algún artesano. Quizá nos podría estar remitiendo a una marca de algún grupo que tuvo a su cargo, acaso durante siglos, la elaboración y mantenimiento de los murales que decoraron los templos Viejo y Nuevo.
Sin lugar a dudas, la Huaca de La Luna es un lugar que todos trujillano y peruano debe visitar constantemente, pues cada día se develan nuevos muros que dejan al descubierto íconos que nos dejaron los moches. Ahí la investigación no se detiene.
Un poco de historia
Hallazgo milagroso
Todo se inició como jugando. La historia de la Campiña de Moche cambió el 20 octubre 1990. El hallazgo fortuito de un adobe con relieves polícromos por Ricardo Morales Gamarra devolvió la importancia que tuvo esta zona en el pasado.
Algo importante, que nos develaría la importancia de la civilización Moche, se había descubierto. La intuición de los arqueólogos hizo que muchos de ellos giraran su mirada hacia esta zona.
Según no cuenta Ricardo Morales Gamarra, a fines de 1996 se inició la limpieza del forado de la esquina sureste. Los primeros hallazgos asombraron a los arqueólogos que motivo que en 1997 se iniciara un nuevo periodo en el Proyecto.
“Se formuló un convenio a largo plazo con la empresa Unión de Cervecerías Peruanas Backus & Johnston SAA., convirtiéndose en nuestra socia estratégica y principal donante; al aporte de Backus se deben agregar aquellos de la Municipalidad Provincial de Trujillo y los ingresos por visita turística al monumento, y a partir del 2002 hasta el 2008, se tuvo un aporte sustancial de la Word Monuments Fund”, explica Morales.
Y agrega: “Con un presupuesto mayor pudimos realizar intervenciones de mayor magnitud al ampliar la cobertura de personal. Se empezaron a excavar las plazas 2, 3 y, en 1999, la plaza 1. Estos recién definidos espacios arquitectónicos, si bien no forman parte del edificio principal, son componentes del complejo llamado huaca de la Luna”.
En el libro Moche, pasado y presente los autores de la parte arqueológica: Santiago Uceda, Henry Galloso y Ricardo Tello tratan ampliamente sobre un animal mítico: la araña, junto al felino y a la lechuza, en la mentalidad moche estuvieron asociados a los sacrificios por la forma cómo actúan con sus presas.
El codirector del Proyecto Huaca de la Luna, Santiago Uceda nos cuenta que en el tercer escalón de plataforma I de la Huaca de la Luna está dedicado a la araña. Tiene longitud de 74,30 m y una altura de 2,98 m, y está decorado en toda su extensión por treinta y dos arañas siamesas, enmarcadas en igual número de paneles en alto relieve pintados de color amarillo.
De acuerdo con el informe técnico del mencionado proyecto, Uceda precisa que cada panel tiene unos 186 centímetros (cm) por lado y están separados por una banda vertical de 27 cm de ancho. La cenefa tiene 25 cm y el zócalo 30 cm. Al interior del panel se hicieron las arañas en alto relieve, siempre con el uso del barro.
En el lugar se observa que en cada panel hay dos arañas que comparten un mismo opistosoma o abdomen, pero cada una tiene su propio cefalotórax o “cabeza” y sus propias patas, siempre con algunas variantes. Veamos esto de manera más detallada.
Santiago Uceda, también asegura que la cefalotórax o “cabeza” de la araña de la derecha, en cada panel, parece estar representado en forma vertical, de arriba abajo, y en un estilo más o menos naturalista. Sin embargo, existen variantes tanto en la forma de representar los apéndices bucales (quelíceros y pedipalpos) como en el número de ojos.
En el libro también se lee que a la izquierda del abdomen, desde la perspectiva del observador, el cefalotorax, o “cabeza” está representado de perfil. “Si comparamos cada panel, las representaciones son muy disímiles entre ellas. La forma, orientación y tamaño de los apéndices bucales es muy variada, al igual que el motivo facial que encierran; así, en algunos casos parecen tratarse de cabezas perfiladas de animales, en otras de personajes míticos”.
En el documento también se asegura que el abdomen parece compartir un patrón conformado por un patrón de triángulos continuos en la parte central, flanqueado arriba y abajo por un par de olas, variando el estilo y la forma de representación. Por ejemplo, en algunos casos los triángulos del centro del abdomen están modelados en alto relieve formando una línea continua; en otros, los triángulos están formados por incisiones dentro de una banda, también incisa. De la misma manera, las olas en algunos casos están incisas, en otros están modeladas en alto relieve.
Los autores opinan que la repetición del patrón, a pesar de sus variantes estilísticas, parecería indicar que se trata en casi todos los casos, salvo en uno, de la misma especie de araña, probablemente la Argiope argentata, tal como sugiere el investigador Ignacio Alva. Esta especie, de naturaleza solitaria y depredadora, pertenece al género Argiope de la familia Araneidae, un grupo de arañas tejedoras coloridas y de gran tamaño, cuyo dimorfismo sexual es muy marcado, pues las hembras llegan a tener tres veces el tamaño del macho.
Características peculiares
Santiago Uceda explica que volviendo al escalón, cada araña tiene cuatro pares de patas en la mayoría de los casos, pero comparten el cuarto par, el cual se localiza justo en el centro del eje vertical del panel. En casi todos los casos, la araña de la izquierda sostiene en su tercera pata, humanizada, un cuchillo ceremonial o tumi.
En el informe técnico de los descubrimientos de la Huaca, se revela la mayoría de los paneles, la parte superior está muy destruida, pero en aquellos que mejor se conserva esta zona se puede observar que en la tercera o cuarta pata, la araña sostiene una cabeza o una extremidad humana decapitada. Algunas arañas del lado derecho del panel, tienen el primer par de patas a manera de brazos humanos, y en un par de casos se observa que porta un cuchillo.
Lo que se aprecia es que en términos generales, las arañas fueron elaboradas en dos puntos visuales diferentes, a partir del abdomen como punto central y la cuarta pata como elemento separador y compartido, se explica.
¿Por qué arañas?
Uceda asegura que el icono de la araña dual es de larga data, y no sólo lo encontramos en la zona andina sino también en el resto del continente americano. Su presencia en la zona andina está bien documentada tal como lo han demostrados investigaciones de Salazar-Burguer y Burger (1982) y Cordi-Collins (1992). Las representaciones más antiguas conocidas corresponden a la cultura Cupisnique (1500-1000 a.C.), un antecedente de la cultura Moche.
“Las representaciones de arañas decapitadoras cupisniques, se diferencian de las no decapitadoras, en que las primeras, además de poseer sus atributos obvios (cuchillo y/o cabeza decapitada) tienen la cabeza izquierda representada de perfil y con rasgos humanos. Claramente se trata de la cabeza de un personaje antropomorfo divino. El lado humano, el izquierdo, está representado de perfil, mientras el derecho está representado verticalmente”, precisa el estudio.
Las arañas del tercer escalón del frontis norte de La Huaca de La Luna son claramente arañas decapitadoras, y guardan muchos de los atributos de sus predecesoras cupisniques; pero también aportan nuevos elementos o variantes, se dice en el informe.
“Dejando de lado la clara diferencia del estilo, la primera gran diferencia que observamos es que mientras que la araña decapitadora cupisnique es técnicamente una araña de dos cabezas, la araña moche del Templo Viejo es en realidad, técnicamente hablando, dos arañas siamesas que comparten el mismo abdomen. Sin embargo, cada una conserva su juego de cuatro pares de patas y su cefalotórax”, explica Ricardo Morales.
Por su parte, Santiago Uceda explica que la otra variante es que el lado izquierdo de las arañas siamesas, o sea, la araña izquierda, no sólo representa rostros de un ser mítico antropomorfo, sino también rostros con características zoomorfas o de un demonio mítico muchas veces representado en el arte moche, y que está también representado en el edificio D del mismo Templo Viejo de la huaca de la Luna.
Finalmente, se menciona que dentro o en los marcos de algunos paneles se observa una marca en forma de “D” al revés. Esta marca se observa también en diferentes zonas de otros escalones de la fachada norte. Incluso esta marca se ha registrado en el Templo Nuevo (Moisés Tufinio, comunicación personal), lo que estaría descartando que fuera una marca personal de algún artesano. Quizá nos podría estar remitiendo a una marca de algún grupo que tuvo a su cargo, acaso durante siglos, la elaboración y mantenimiento de los murales que decoraron los templos Viejo y Nuevo.
Sin lugar a dudas, la Huaca de La Luna es un lugar que todos trujillano y peruano debe visitar constantemente, pues cada día se develan nuevos muros que dejan al descubierto íconos que nos dejaron los moches. Ahí la investigación no se detiene.
Un poco de historia
Hallazgo milagroso
Todo se inició como jugando. La historia de la Campiña de Moche cambió el 20 octubre 1990. El hallazgo fortuito de un adobe con relieves polícromos por Ricardo Morales Gamarra devolvió la importancia que tuvo esta zona en el pasado.
Algo importante, que nos develaría la importancia de la civilización Moche, se había descubierto. La intuición de los arqueólogos hizo que muchos de ellos giraran su mirada hacia esta zona.
Según no cuenta Ricardo Morales Gamarra, a fines de 1996 se inició la limpieza del forado de la esquina sureste. Los primeros hallazgos asombraron a los arqueólogos que motivo que en 1997 se iniciara un nuevo periodo en el Proyecto.
“Se formuló un convenio a largo plazo con la empresa Unión de Cervecerías Peruanas Backus & Johnston SAA., convirtiéndose en nuestra socia estratégica y principal donante; al aporte de Backus se deben agregar aquellos de la Municipalidad Provincial de Trujillo y los ingresos por visita turística al monumento, y a partir del 2002 hasta el 2008, se tuvo un aporte sustancial de la Word Monuments Fund”, explica Morales.
Y agrega: “Con un presupuesto mayor pudimos realizar intervenciones de mayor magnitud al ampliar la cobertura de personal. Se empezaron a excavar las plazas 2, 3 y, en 1999, la plaza 1. Estos recién definidos espacios arquitectónicos, si bien no forman parte del edificio principal, son componentes del complejo llamado huaca de la Luna”.
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