sábado, 3 de abril de 2010

¿JAIME BAYLY PRESIDENTE?

Jaime Bayly: el outsider libertario

o la dictadura del espectáculo


Paul Alonso


Periodista, celebrity, comediante, narrador, posmoderno, bisexual, agnóstico, sofista, letrado, superficial, trasgresor, comercial, conservador, cosmopolita, chicha, populista, elitista, demagogo, pueril, lírico, exhibicionista, ex adicto, ex suicida, precoz, experimentado, egocéntrico, carismático, depresivo, hilarante, informado, sesgado, conflictivo, conflictuado, contradictorio y, sobre todo, ambiguo.

Mientras todos se preguntan si realmente será candidato presidencial o si tendría posibilidades de ganar o cuán viables son sus propuestas, aquí algunos apuntes para entender el fenómeno Jaime Bayly. ¿Qué significa que el francotirador juegue con la idea de ser presidente del Perú y que todos le sigamos la corriente? (Artículo/Portada de Paul Alonso publicado en la revista peruana Dedomedio, marzo, 2010)
La ambigüedad puede ser un gran capital político: es quizá la manera más honesta de ser un constante tránsfuga de sí mismo. Jaime Bayly lo sabe. Ha construido un personaje emblemático cuya identidad fluye entre el circo mediático y el periodismo influyente; entre la alta cultura de la literatura cosmopolita y el folclórico espectáculo de la farándula local.

Atraviesa clases sociales a través de una pantalla de televisión; baila con la homofobia colectiva travestido de celebridad. Genera escozor a la derecha y a la izquierda, simplificando como sofista todo tipo de discurso. Sabe que la gran arma de estos tiempos es la risa. Que las dictaduras son mediáticas. Que no importa ser cultivado; más vale ser divertido. Y que esto está bien.
La idea de Bayly como posible candidato es el eslabón más reciente de un fenómeno global: los discursos del espectáculo, la política, los medios, la farándula, el periodismo, la publicidad se mezclan hasta del punto en que es difícil—o imposible—diferenciarlos. Los periodistas entretienen. Los políticos hacen comedia y espectáculo. Las celebridades entran en política.

El gran vehículo de este reality show a tiempo completo son los medios masivos de comunicación. Desde la popularización de la TV, los críticos han acusado un embrutecimiento colectivo y un distanciamiento de los ciudadanos a la participación política. Se han preguntado: ¿Son los medios electrónicos una forma de estupidización masiva a través de la cual se manipula al pueblo? ¿O son, por el contrario, la democracia de la información? Pues depende, en realidad son los dos.

En todo caso, la tendencia global en los medios (intensificada en los noventa) ha sido el sensacionalismo y el estilo tabloide. El Perú, sin duda, es un referente. Porque (aunque esta tradición se inaugura con la penny press gringa y en el Perú con la fundación del diario popular Última Hora en 1950), con Fujimori se institucionalizó el circo. Y desde entonces, todos cargamos con algo de plumas y lentejuelas. Si no lo sabían, bienvenidos al show. Texto completo